martes, 24 de febrero de 2009

Niños y caramelos



“Hacía tanto tiempo que no iba a visitar al Padre Pío que me sentía obsesionada por la idea de que se hubiera olvidado de mí. Una mañana, después de haberle confiado, como de costumbre, mi hija bajo su protección, fui a Misa. De regreso, encontré a la pequeña saboreando un caramelo. Sorprendida le pregunté quién le había dado el “melito”, como ella llamaba a los caramelitos, y muy contenta me señaló el retrato del Padre Pío que dominaba sobre el corralito donde dejaba a la pequeña durante mis breves ausencias.

No di ninguna importancia al episodio y no pensé más en él. Después de algún tiempo, no logrando sacarme de la cabeza la idea de que el Padre Pío se hubiera olvidado de mí, pude finalmente ir a visitarlo. Inmediatamente después de la confesión, cuando fui a besarle la mano, me dijo riendo: “...¿también tú querías un “melito”?”.

jueves, 19 de febrero de 2009

Novena al Sagrado Corazón de Jesús




La presente Novena la recitaba diariamente padre Pío por todos aquellos que solicitaban sus oraciones. Se invita pues , a los fieles a recitarla también diariamente confiando en la intercesión de San Pío de Pietrelcina.

1. O Jesús mío que dijiste "en verdad os digo, pedid y recibiréis, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá" He aquí que, confiado en tu Palabra divina, llamo, busco y te pido la gracia......

Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío


2. O Jesús mío que dijiste:"en verdad os digo: todo lo que pediréis a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá" He aquí que, confiado en tu Palabra divina, pido al eterno Padre en tu Nombre la gracia de....

Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío

3. O Jesús mío, que dijiste "en verdad os digo: los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras
no pasarán"... He aquí que, confiado en la infalibilidad de tu Palabra divina, te pido la gracia....

Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío


O Sagrado Corazón de Jesús infinitamente compasivo con los desgraciados, ten piedad de nosotros pobres pecadores y concédenos las gracias que te pedimos por medio del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.

San José , padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús ruega por nosotros.


jueves, 12 de febrero de 2009

El vigilante y los ladrones


“Unos ladrones merodeaban en mi barrio, en Roma, y esto me impedía ir a visitar al Padre Pío. Al final me decidí después de haber hecho un pacto mental con él: “Padre, yo iré a visitarte si tú me cuidas la casa...”.


Una vez en San Giovanni Rotondo, me confesé con el Padre y al día siguiente, cuando fui a saludarle, me reprendió: “¿Aún estás aquí? ¡Y yo que estoy sudando para sostenerte la puerta!”.


Me puse de viaje inmediatamente, sin haber comprendido qué había querido decirme. Habían forzado la cerradura, pero en casa no faltaba nada.”

miércoles, 4 de febrero de 2009

Súplicas de Juan Pablo II



"Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

(Oración pronunciada por Juan Pablo II en la Misa de canonización del padre Pío celebrada el 16 de Junio de 2002)

lunes, 2 de febrero de 2009

Los consejos del Padre Pío

Un sacerdote argentino había oído hablar tanto sobre los consejos del Padre Pío que decidió viajar desde su país a Italia con el único objeto de que el padre le diera alguna recomendación útil para su vida espiritual. Llegó a Italia, se confesó con el padre y se tuvo que volver sin que el padre le diera ningún consejo. El padre le dio la absolución, lo bendijo y eso fue todo.


Llegó a la Argentina tan desilusionado que se desahogaba contando el episodio a todo el mundo. “No entiendo por qué el padre no me dijo nada”, decía, “¡y yo que viajé desde la Argentina sólo para eso!” “-El Padre Pío lee las consciencias y sabía que yo había ido con la esperanza de que me diera alguna recomendación”, etc, etc.


Así se quejaba una y otra vez hasta que sus fieles le empezaron a preguntar: “Padre, ¿está seguro que el padre Pío no le dijo nada?¿no habrá hecho algún gesto, algo fuera de lo común??”. Entonces el sacerdote se puso a pensar y finalmente se acordó que el Padre Pío sí había hecho algo un poco extraño. “-Me dio la bendición final haciendo la señal de la cruz sumamente despacio, tan despacio que yo pensé: ¿es que no va a acabar nunca?”, contó a sus fieles. “¡He ahí el consejo!”, le dijeron, “usted la hace tan rápido cuando nos bendice que más que una cruz parece un garabato”.


El sacerdote quedó contentísimo con esta forma tan original de aconsejar que tenía el Padre Pío.