jueves, 12 de marzo de 2009

Oración



Compuesta por Padre Pío para rezarla después de la Comunión.


Has venido a visitarme
Como Padre y como amigo
Jesús, no me dejes solo.
¡Quédate Señor conmigo!

Por el mundo envuelto en sombras
Soy errante peregrino
Dame tu luz y tu gracia
¡Quédate Señor conmigo!

En este precioso instante
Abrazado estoy contigo
Que esta unión nunca me falte
¡Quédate Señor conmigo!

Acompáñame en la vida
Tu presencia necesito
Sin ti desfallezco y caigo
¡Quédate Señor conmigo!

Declinando está la tarde
Voy corriendo como río al
hondo mar de la muerte.
¡Quédate Señor conmigo!

En la pena y en el gozo
Sé mi aliento mientras vivo
Hasta que muera en tus brazos
¡Quédate Señor conmigo!

martes, 24 de febrero de 2009

Niños y caramelos



“Hacía tanto tiempo que no iba a visitar al Padre Pío que me sentía obsesionada por la idea de que se hubiera olvidado de mí. Una mañana, después de haberle confiado, como de costumbre, mi hija bajo su protección, fui a Misa. De regreso, encontré a la pequeña saboreando un caramelo. Sorprendida le pregunté quién le había dado el “melito”, como ella llamaba a los caramelitos, y muy contenta me señaló el retrato del Padre Pío que dominaba sobre el corralito donde dejaba a la pequeña durante mis breves ausencias.

No di ninguna importancia al episodio y no pensé más en él. Después de algún tiempo, no logrando sacarme de la cabeza la idea de que el Padre Pío se hubiera olvidado de mí, pude finalmente ir a visitarlo. Inmediatamente después de la confesión, cuando fui a besarle la mano, me dijo riendo: “...¿también tú querías un “melito”?”.

jueves, 19 de febrero de 2009

Novena al Sagrado Corazón de Jesús




La presente Novena la recitaba diariamente padre Pío por todos aquellos que solicitaban sus oraciones. Se invita pues , a los fieles a recitarla también diariamente confiando en la intercesión de San Pío de Pietrelcina.

1. O Jesús mío que dijiste "en verdad os digo, pedid y recibiréis, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá" He aquí que, confiado en tu Palabra divina, llamo, busco y te pido la gracia......

Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío


2. O Jesús mío que dijiste:"en verdad os digo: todo lo que pediréis a mi Padre en mi Nombre, El os lo concederá" He aquí que, confiado en tu Palabra divina, pido al eterno Padre en tu Nombre la gracia de....

Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío

3. O Jesús mío, que dijiste "en verdad os digo: los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras
no pasarán"... He aquí que, confiado en la infalibilidad de tu Palabra divina, te pido la gracia....

Padre Nuestro, Ave María, Gloria
Sagrado Corazón de Jesús en ti confío


O Sagrado Corazón de Jesús infinitamente compasivo con los desgraciados, ten piedad de nosotros pobres pecadores y concédenos las gracias que te pedimos por medio del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre.

San José , padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús ruega por nosotros.


jueves, 12 de febrero de 2009

El vigilante y los ladrones


“Unos ladrones merodeaban en mi barrio, en Roma, y esto me impedía ir a visitar al Padre Pío. Al final me decidí después de haber hecho un pacto mental con él: “Padre, yo iré a visitarte si tú me cuidas la casa...”.


Una vez en San Giovanni Rotondo, me confesé con el Padre y al día siguiente, cuando fui a saludarle, me reprendió: “¿Aún estás aquí? ¡Y yo que estoy sudando para sostenerte la puerta!”.


Me puse de viaje inmediatamente, sin haber comprendido qué había querido decirme. Habían forzado la cerradura, pero en casa no faltaba nada.”

miércoles, 4 de febrero de 2009

Súplicas de Juan Pablo II



"Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

(Oración pronunciada por Juan Pablo II en la Misa de canonización del padre Pío celebrada el 16 de Junio de 2002)

lunes, 2 de febrero de 2009

Los consejos del Padre Pío

Un sacerdote argentino había oído hablar tanto sobre los consejos del Padre Pío que decidió viajar desde su país a Italia con el único objeto de que el padre le diera alguna recomendación útil para su vida espiritual. Llegó a Italia, se confesó con el padre y se tuvo que volver sin que el padre le diera ningún consejo. El padre le dio la absolución, lo bendijo y eso fue todo.


Llegó a la Argentina tan desilusionado que se desahogaba contando el episodio a todo el mundo. “No entiendo por qué el padre no me dijo nada”, decía, “¡y yo que viajé desde la Argentina sólo para eso!” “-El Padre Pío lee las consciencias y sabía que yo había ido con la esperanza de que me diera alguna recomendación”, etc, etc.


Así se quejaba una y otra vez hasta que sus fieles le empezaron a preguntar: “Padre, ¿está seguro que el padre Pío no le dijo nada?¿no habrá hecho algún gesto, algo fuera de lo común??”. Entonces el sacerdote se puso a pensar y finalmente se acordó que el Padre Pío sí había hecho algo un poco extraño. “-Me dio la bendición final haciendo la señal de la cruz sumamente despacio, tan despacio que yo pensé: ¿es que no va a acabar nunca?”, contó a sus fieles. “¡He ahí el consejo!”, le dijeron, “usted la hace tan rápido cuando nos bendice que más que una cruz parece un garabato”.


El sacerdote quedó contentísimo con esta forma tan original de aconsejar que tenía el Padre Pío.


lunes, 26 de enero de 2009

Debajo del colchón


Una señora sufría de tan terribles jaquecas que decidió poner una foto del Padre Pío debajo de su almohada con la esperanza de que el dolor desaparecería. Después de varias semanas el dolor de cabeza persistía y entonces su temperamento italiano la hizo exclamar fuera de sí: -“Pues mira Padre Pío, como no has querido quitarme la jaqueca te pondré debajo del colchón como castigo”. Dicho y hecho. Enfadada puso la fotografía del padre debajo de su colchón.

A los pocos meses fue a San Giovanni Rotondo a confesarse con el padre. Apenas se arrodilló frente al confesionario, el padre la miró fijamente y cerró la puertecilla del confesionario con un soberano golpe. La señora quedó petrificada pues no esperaba semejante reacción y no pudo articular palabra. A los pocos minutos se abrió nuevamente la puertecilla del confesionario y el padre le dijo sonriente: “No te gustó ¿verdad? ¡Pues a mí tampoco me gustó que me pusieras debajo del colchón!”.